Leyendo entre
líneas
Subjetivemas: son
palabras portadoras de una visión personal del sujeto que enuncia.
Por ejemplo, analicemos
narraciones históricas. El historiador usa palabras que suelen ser una
de las huellas más claras de la evaluación que él hace del suceso que
narra.
Estos son fragmentos de
textos históricos que tienen un referente común: La conquista del Perú. En
ellos se puede leer sobre el momento en que Atahualpa es apresado por Pizarro:
“...Atahualpa, acampado en
las inmediaciones de Cajamarca, aceptó acudir desarmado y con una numerosa
comitiva a conferenciar con los europeos.
Cuando llegó a la plaza de
Cajamarca, un monje salió de las filas españolas, le presentó una Biblia y lo
instó a acatar la autoridad de la
Iglesia y del rey de España. El monarca indígena rechazó
altivamente la propuesta y arrojó a tierra el texto que se le ofrecía. Entonces
los soldados españoles emboscados atacaron a su comitiva por todas partes...”
(Miretzky, Royo, Saluzzi)
“... Al día
siguiente de la llegada de Pizarro se produjo el encuentro entre Pizarro y
Atahualpa. Rápidamente Atahualpa fue apresado y se dispersó toda resistencia
indígena...”
(Historia 2. Ed. Santillana)
Ahora habría que
preguntarse: ¿Por qué en el segundo texto no se hace referencia a la actitud
supuestamente tomada por un miembro de la iglesia? ¿Por qué no se hace notar
que los indígenas fueron emboscados? ¿Qué se deja implícito?
Para reflexionar: ¿Qué conclusión se puede sacar de la lectura de
estas dos frases?:
“Atahualpa arrojó a tierra el texto que se le ofrecía” y “Atahualpa
lo deja caer sonriendo”
Conclusión: Las huellas dejadas por los historiadores nos permiten
contextualizar la evaluación ¿A favor o en contra de la conquista?. Toda
evaluación para que pueda ser comprendida en su totalidad necesita ser
contextualizada. En este caso, contextualizar significa englobar el episodio de
Pizarro y Atahualpa en un debate mayor, que podría plantearse así:
Descubrimiento Vs. Conquista.
En el discurso histórico, causas y consecuencias
son, también, armadas a partir de la evaluación del sujeto de enunciación, es
decir, del historiador. No hay una historia, hay diferentes historias. Los
hechos que se relatan en el discurso histórico solamente existen porque han
sido verbalizados (porque existen como lenguaje) y, sin embargo, todo ocurre
allí como si esa existencia fuera sólo la “copia” pura y simple de lo “real”.
Para pensar: ¿Acaso no hacemos
permanentemente uso de subjetivemas que, a veces, hasta de manera “encubierta” dejan traslucir lo que
pensamos sobre un tema? Como todos hacemos lo mismo, es necesario aprender a
“leer entre líneas”, es decir, descubrir lo que se nos sugiere, lo que se nos
esconde, lo que está implícito, lo que se connota.
algo mas resumido?
ResponderEliminarAl fin, no explicas nada...
ResponderEliminarEs así, te felicito, yo te entiendo perfectamente. Gracias por subirlo.
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